Entonces o nunca

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Era ocasión, si alguna ilusión en pie quedaba.Para algunos el ciclo de Salvador Daniele no debería haber empezado en la presente temporada, para otros la desilusión con el equipo fue tal en la visita a Tempeley. Ya mas acá en la línea de tiempo, testigo de esto pudo haber sido la derrota en el Urbano ante Dálmine o luego Chacarita, y de ahí en mas nada volvió a ser.
Saltó el fusible, quedan los jugadores y pocas fechas como que la ecuación cambie. Se habló de proyecto, que de tan difícil que parecía al concebirlo se tornó impracticable. Todos quedaron expuestos y salieron perdiendo, el DT saliente, la Subcomisión de fútbol y el presidente.

Historia conocida, los que apostaban al probable ascenso se desilusionaron y los escépticos de todo buscarán como sea encontrar la razón.

Lo no se entiende es por qué se estiró la agonia. Por qué los que están adentro no supieron ver lo que un poco más claro se veía de afuera. Si de un total de 25 integrantes por qué sólo 2 levantaron la mano en su momento objetando la continuidad del técnico. Aquello de honrar contrato terminó convirtiéndose en tozudez.
Alguna vez, la principal virtud de Héctor Cámpora fue su lealtad a Perón, que varios ridiculizaban de tan extrema que era, y de allí surgió la parodia: «Perón se está afeitando y desde el baño le pregunta a Cámpora: Doctor Cámpora, ¿qué hora es?”. “La que usted quiera, mi general, le contesta Cámpora parado cerca de la puerta».
O estaba todo bien y desde afuera se interpretaba otra historia, o faltó reflejos y capacidad de reacción.

Tarde. Cuando se retomó el campeonato, si bien 8 puntos era una diferencia importante pero remontable, la misma se estiró a 15.

Tarde cuando el presidente declaró estar a 3 del reducido. La caída continuó y hoy se está a 8.

En el futbol nadie puede prometer campeonatos ni objetivos a priori que nadie puede asegurar cumplir. Pero sabiendo de antemano la situación de promedios era apremiante ante el primer bajón deportivo, la lectura debió ser otra.

El crecimiento institucional es meritorio, pero no siempre va de la mano en tiempo y forma con el deportivo. El pensar que el hecho estrenar un estadio por si mismo iba a derivar en un ascenso fue al menos errarle al pronóstico de manera desmesurada.

Acá nadie nació ayer. Se volvieron a repetir errores de vieja data. Los tiempos se agotan, se probó de todo y mas de lo mismo.

Traer técnicos del riñón del club sólo produjo desgaste de los pocos ídolos que aún conserva la institución. Con DT “extranjeros” la historia tampoco se pudo torcer. Pero más cerca del descenso que de la punta no hay mucho tiempo para experimentar.

Me parece que estamos en presencia de recetas conocidas, podrán pasar los DT y jugadores, pero si la forma de encarar el futbol sigue siendo la misma poco cambiará.

Será que son muchos años de desgaste, de ver pasar y vivir muchas cosas. Cuando uno transita ese camino la lectura se hace más profunda, crítica y aguda. Por suerte  tengo un poquito de capacidad de sorpresa y espero no perderla nunca.

Por Fernando Grieco