Un grave error de… comunicación

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Es difícil tratar un tema exclusivo de las gestiones sin cruzar el delgado umbral que separa a las políticas, la de una organización y la de su coyuntura. Y más arduo resulta en el caso de Deportivo Morón, ligado al gobierno municipal desde hace algunos años.

Pero a los socios del club nos incumbe la política del propio club. Se entiende por política aquellas acciones ordenadas (en este caso por una Comisión Directiva) destinadas al bien común. Bajo ese concepto, la intención del cerramiento debajo de la platea Capelli no tiene objeción. Sin embargo, muchos socios cuestionamos la forma en que se ha tratado el tema, simplificado hace un mes por el Presidente Diego Spina como “un error grave de comunicación” que hoy vuelve a ocurrir. Porque del “queda todo stand by” al “el sábado toca Damas Gratis” pasaron 30 días.

¿Al final siguió el cerramiento? ¿seguirá? ¿por cuánto tiempo se podrá explotar el espacio? ¿quiénes definirán qué eventos se realizarán? ¿se ha firmado algún contrato? Muchos interrogantes resurgieron con la realización de un evento que dejará al club una importante suma de dinero, sí, pero no se ha informado a qué costo.

Quizá la propuesta sea buena, o tal vez no del todo pero se justifique por la necesidad de algunas actividades, o por ahí no sea satisfactoria. Cualquiera sea el caso, lo saludable sería que pasara por Asamblea Extraordinaria con el aval de los socios, incluso por una cuestión ética, ya que se habla de años que exceden al mandato. Si como dicen es algo bueno o necesario, ¿por qué los socios estarían en contra?

Y es ahí donde la política coyuntural inrrumpe en el club, con fanáticos que tienen camisetas partidarias y no la roja y blanca, y tildan por redes sociales a otros socios de “contras”, de “querer gastar la imagen del presidente” e invitan: “no vengas” o “armá una lista y presentate a elecciones”; también hay férreos adeptos a una comisión directiva que llaman “ratas” a quienes disienten. Seguramente habrá oportunistas que intenten sacar tajada política, pero no representan a la masa societaria. Y el papel de víctima es el peor que puede adoptar esta CD, integrada en su mayoría por socios de muchos años comprometidos, pero que todavía padece de una mesa chica que atenta contra postulaciones como “bajar el presupuesto” y otras decisiones importantes, aunque no sea el caso.

Mucho más fácil hubiese sido informar desde el principio la necesidad de un cerramiento, transparentar el proceso con una licitación (aunque rápida, abierta), o como mínimo informar sobre la propuesta y dejar decidir al socio ante el panorama de los espacios de las actividades. Si la necesidad es tan imperiosa, probablemente la obra ya hubiera sido aprobada por la Asamblea. Pero sin informar por cuánto tiempo, a cambio exactamente de qué, quién decidirá eso, qué cláusulas incluyen los contratos (si los hay), qué responsabilidad tiene el club por los eventos, qué beneficios dejaría, y simplemente limitándose a comenzar el cerramiento sin decir nada a nadie, el resultado no va a ser el mejor, o será el que quieran “de prepo”.

Resulta que con el sueldo de 2 jugadores de treinta y largos de la temporada 2013/14 que sumaron entre ambos 13 partidos incompletos (sobre 80 posibles) se podría haber realizado la obra, pero seis meses después el socio debe aceptar calladamente y sin información que se otorgue por 5 ó 10 (o quién sabe cuántos años) ese espacio, de forma apresurada para palear una necesidad justa de actividades que en un año y medio del NFU nunca se planteó públicamente.

Sí, fue un grave error de comunicación que derivó en un problema de gestión. Y si a pesar de los reclamos de los socios y las promesas hechas se sigue en la misma, se puede transformar en un problema de política, aquella que “ordenadamente” busca el “bien común”, y por ahora nada de eso refleja.

Mariano Campos (www.deportivomoron.com)