No estamos tan desunidos

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Con apenas 48 horas de Morón en Mar del Plata, pude vislumbrar algunos destellos para escribir estas líneas. Ocho párrafos sobre un plantel a full, un cuerpo técnico a mil, dirigentes que están (y otros que no), y distintos sectores que buscan el mismo objetivo para el club: llegar a Junio sin problemas institucionales ni deportivos.

En los últimos tiempos, un discurso frecuente que escuché en conversaciones con amigos (y leí en el libro de visitas) es el de la necesaria unión para crecer como club. Quizá de tanto hablar nos olvidamos de ver, quizá de estar tanto “en el ambiente” Morón obviamos algunas cosas. Aquí van algunas consideraciones meramente de un simple socio.

Hace rato no veía un plantel con tanta actitud. No digo que tengamos un equipo para los primeros puestos ni que este segundo semestre todo va a cambiar drásticamente; pero me llamó la atención y es para destacar las ganas que tienen los jugadores de hacer una buena pretemporada para salir adelante. Ni una queja, mucho profesionalismo y la mejor predisposición en los entrenamientos. Los grandes que acompañan a los chicos, y todo el grupo tirando para el mismo lado.

Gustos sobre técnicos hay variados. Más allá de la buena relación que puedo tener con el Gato Daniele, es un lujo tenerlo. Por cómo trabaja, por la experiencia que brinda, y porque le brilla el plus de poder armar una pretemporada consiguiendo hotel, gimnasio y cancha casi sin presupuesto, por ejemplo. Y en su cuerpo técnico, un gran ayudante como Guille Comesaña, y el profe full time Adrián Vaccarini (abanderado en los trabajos, ya que la parte física es la que más suma en el “haber”).

Mucho se hablaba sobre el “Conejo” Mansilla, prosecretario de la actual Comisión Directiva, y finalmente las circunstancias hicieron que nos cruzáramos. Autocrítico de la gestión (primer gesto de humildad que veo a un integrante de la CD), hoy es más bombero que conejo solucionando cada una de las situaciones. Y por ahora es el único que responde por estos pagos, dado que otros dos directivos como Susana Arias y “Cali” Smith están completamente abocados a la alimentación del plantel. Suenan varios teléfonos en Morón.

“Tenés que tener cuidado con lo que ponen en la página”, me dice Hugo Toschi luego de saludarme en el primer entrenamiento. Minutos más tarde le retruco por algún compañero de lista suyo. También lo encaro al Conejo, casi después del “hola”, con cosas que esta dirigencia hizo mal, y me responde con autocrítica y también información. Luis, un muchacho de prensa del club a quien no le pregunté el apellido, me habla del superávit de $10.000 que tuvieron este año, pero para mí justo esa subcomisión no es la que tiene que terminar con saldo a favor. Entre los cuatro, hay al menos tres líneas de pensamiento muy distintas; pero canta el Gallo y nobleza obliga, Toschi aparece con diez pelotas nuevas, y nobleza obliga, Mansilla da sustento económico a necesidades de utilería y cuerpo técnico, y nobleza obliga, Luis da una mano en cada entrenamiento, y nobleza obliga, llega al hotel Gerardo, de la filial de Mar del Plata, para juntar nuestros ventiladores y dárselos a “los muchachos”. Pensamos diferente, es verdad, pero guardamos por un rato nuestras diferencias para tratar de tener el mejor semestre posible.

Con esto no estoy tomando partido por ningún candidato político, ni nada por el estilo. Estamos en un momento complicado, y es bueno saber que hay gente que más allá de su ideología, prioriza al club. Todavía la famosa “unión” está lejos, Toschi ni siquiera lo nombra a Meyer cuando habla, pero reconoce y coincide con el Conejo Mansilla que a la larga quien esté en el poder tendrá que llamar a los otros y todos juntos mantener “el monstruo que se viene” (haciendo referencia al traslado).

Los próximos serán seis meses duros, importantes y decisivos. Hoy es el momento para estar, y aunque sigamos desunidos, estamos más unidos que nunca.

Por Mariano Campos, desde Mar del Plata