El Club Deportivo Morón tendrá que ir a juicio por una deuda con la empresa de seguridad que se multiplicó exponencialmente desde que asumió Meyer y pedirán la quiebra. No es para preocuparse, Alberto una vez más nos salvará del infierno, ¿o no?
Abrimos la caja del tiempo en 2067 y leemos. Los historiadores de Morón dejaron sentado que el Presidente Alberto Meyer nos salvó hace cinco décadas de la quiebra y la cuasi desaparición de todos nuestros sueños deportivos. Por las dudas entremos en 2017 a www.deportivomoron.com y veamos los hechos para que cada uno saque sus propias conclusiones. Después, si quieren escribir un libro de reseña serán libres de hacerlo.
Hay una realidad: la gestión anterior que comenzó Diego Spina y terminó Pablo Sauro dejó unas cuantas deudas, y uno de los acreedores icono fue la empresa de seguridad, la cual en su momento había dejado de prestar servicios. El número se fue acumulando hasta llegar a ser poco menos de 700 mil pesos. Según deslizaron allegados a la CD anterior a este mismo medio, había un principio de acuerdo para cancelarlo. Pero el tiempo pasó, las elecciones también, y al parecer nada se hizo para cumplirlo.
Y en 2017 la paciencia de la empresa de seguridad se agotó: llevará el caso a la justicia y exigirá al club el pago de más de 3 millones de pesos o la quiebra.
Lo curioso –más allá del número que multiplicó la deuda en tan poco tiempo- es que el representante de la sociedad es Sergio Ostrowsky, desde hace muchos años encargado de la seguridad del Deportivo Morón en general y de los planteles de fútbol en particular, y quien tiene una estrecha relación con el Presidente Meyer. Otras fuentes deslizaron que Ostrowsky también es uno de los dos dueños de la empresa privada, una versión que este medio no pudo confirmar.
Ojo, que no empiece la cacería, si el club no pagó debe hacerlo, y el susodicho empleado no es más que eso, un empleado, y nadie trabaja gratis. Lo que definitivamente llama la atención es el abultado monto que la empresa llevará a la justicia (casi 400% por intereses en dos años) y que esto deba resolverse mediante abogados cuando es pública la cercanía de Meyer y Ostrowsky. Y más aún, que el club inmerso en un superávit de un millón de pesos por mes (según declaró el Presidente en asamblea informativa en diciembre y luego ratificó en diferentes medios) no haya hecho nada para evitar llegar a este punto.
No será la primera vez que diga que hay cosas que no se pueden contar y quizá este sea uno de esos casos, no lo sé. O quizá haya cosas que se quiere que se cuenten de cierta manera. Mientras tanto, que cada uno prepare el teclado que prefiera.
Por Mariano Campos